Meditó un momento y otro más
largo viéndolo jugar con un tigre de plástico agazapado entre sus sábanas.
También él conocía lo duro
que resulta ver que la comida se te hace metal en la cuchara; ver el horizonte
siempre a la misma distancia; sentir la gravedad sujetarte de las piernas; el
dolor multiplicarse en el espejo si en un arranque de rabia se te ocurre
hacerlo añicos; que los párpados se te rindan, que los proyectos se te conviertan
en simples recuerdos; que te racionen la vida en bolsas de quinientos
mililitros.
Lo conocía, había pasado por
todo ello, pero pudo superarlo porque nunca llegó a rendirse. Ahora necesitaba también
que aquellos mocosos hicieran lo mismo, aunque le costara tanto sonreír,
ponerse su traje de payaso y recorrer los barracones para arrancarles una
sonrisa. Lo necesitaba. Era su válvula de escape, la única que podía aliviar su
tierno y atormentado corazón de payaso.
Segundo premio (finalista) el 13.12.2022, en el VI certamen de Ilumináfrica en su convocatoria "Cooperación". Ilumináfrica, esa fundación maravillosa que tantas sonrisas reparte en el corazón de África.
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